domingo, 7 de diciembre de 2014

DONDE NADIE QUIERE IR...

Ir donde nadie quiere ir, es una buena forma de comenzar nuestro particular Adviento. Ir donde realmente se escuchen las voces de más humanidad, más justicia, más libertad, más... Ir al desierto, a los desiertos de hoy, esos lugares por donde no queremos transitar, esos pasillos de hospitales, de cárceles, de residencia, de barrios olvidados, y rostros ninguneados, ... Desiertos, donde no hay intereses mediáticos, ni son fuente de satisfacción personal... Ir a esos Desiertos que necesitan palabras preñadas de esperanza, palabras como: proximidad, perdón, acogida, abrazo, fraternidad, oportunidad,... 
Desiertos donde se escuchan voces, que nos alientan al compromiso, a pensar en el otro, a salir de uno mismo, a tejer humanidad con nuestros gestos, con nuestras palabras, con nuestra manera de mirar al mundo, al otro, incluso a mi mismo.
Vayamos a estos desiertos, afinemos nuestros oídos, y escuchemos las voces de quienes no necesitas nuestra limosna, sino más bien, nuestra humanidad, nuestra capacidad de estar, tejer, entrelazar, ... Es así, como damos oportunidad a la vida, a la que viene cada día, a la que necesita del aliento de cada uno de nosotros.
Adviento, tiempo de apostar por quienes son olvidados en tantos desiertos, por los que siempre nos resultarán difícil de transitar. Pero no olvidemos, que es ahí, donde se necesitan las buenas noticias, donde las voces claman más humanidad. Feliz semana a todos y gracias.



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