Sin duda hay experiencias que nos cambian la visión de la vida, y nos ayudan a encontrar un sentido más profundo y valioso de las cosas sencillas. Hoy quiero hacer memoria y agradecer a una de esas personas, que he tenido el regalo de conocer y compartir, Natalia. Luchadora, apasionada por la vida, y comprometida en darlo todo, en su lucha por superar el cáncer. Ella, y otros muchos como ella, saben que la vida en muchas ocasiones pesa, ¡y mucho! Pero Natalia ha sido un testigo, que en esas ocasiones, es cuando sentimos que lleva ruedas. El amor por los suyos, su fe y esperanza la han llevado, a casi 10 años, a compartir con nosotros esos detalles que marcan la diferencia. ¡Gracias, Natalia!
Tu Pascua, es un poco de todos los que te hemos conocido, y hemos podido compartir pequeños momentos, ¡o no tan pequeños! Tu Pascua ha sido como tu vida, tranquila, sencilla cargada de amor por los tuyos.
Tu paso entre nosotros es una buena oportunidad para revisar, reordenar, e incluso cambiar nuestras prioridades. Y recordarnos:
- Que la fraternidad es ungüento precioso, que pone ruedas a los momentos duros.
- Que sonreir cada día estimula las ganas de vivir.
- Que la lucha es colectiva, y nunca estamos solos si nos dejamos ayudar
- Que la fe nos lleva de la mano, como a los niños chicos, cuando no tenemos respuesta para todo.
- Que el amor, hecho superación, entrega diaria, y preocupación por los tuyos, son bendición para quienes hemos sido testigos de ello.
Así pues, solo me queda agradecer y acoger tanta vida regalada en medio de la enfermedad. ¡Me queda tanta tarea y tanto que aprender! Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario