miércoles, 11 de febrero de 2015

MÁS ALLÁ DEL ENVOLTORIO...

Sin duda la estética hoy es importante, no seré yo quien la desprecie. Quizás por esto mismo, es necesario recordarnos, de vez en cuando, que los importante se juega en nuestro interior, en todo aquello que va por dentro y no se ve a primera vista. 
El refranero de nuestros mayores, se pone de mi parte. Y con él decimos que: "el hábito no hace al monje", "las apariencias engañan", "no es oro todo lo que reluce", ... y otros parecidos que te vienen ahora a la cabeza.
De nuestro interior sale lo bueno y lo malo, los gestos más humanos, y en ocasiones, los más mezquinos... Y sin necesidad de buscar chivos expiatorios, ni conspiraciones imaginarias, nos enfrentamos a diario con nuestras contradicciones y fragilidad, que por desgracia, dejan más cicatrices de los deseado. 
Haciendo un ejercicio de honestidad, sin ánimo de complicar las cosas, es fácil que caigamos en la cuenta de actos aparentemente buenos, con los que buscábamos provocar o sencillamente hacer daño. Y bajo la apariencia de bien voy a ayudar a estudiar a mi compañero de clase, solo para despertar celos en... o busco hacer perfecto ese ejercicio para poner en evidencia a... o me muestro disponible para ... porque espero a cambio...
Da igual que el envoltorio sea más tosco o más refinado, no deja de ser pura apariencia... Y sin hacer de menos a cuidar la tan querida estética, hemos de entrenarnos y ayudarnos a cultivar esa psicomotricidad interior que nos ayude a conectar nuestro interior con nuestros actos. Todo un reto que facilitará que nos entendamos  y conozcamos un poco más, y sobretodo, que ganemos en autenticidad, ser nosotros mismos. 
¿Qué puede ayudarnos a avanzar en este reto?
1. Concédete tiempo y espacio para ti. Ese espacio personal donde puedas reflexionar, pensar, escribir, contemplar, acoger, escucharte, ... sin ficciones, sin escandalizarte, sin sentirte culpable, sin castigarte, sin agobios, ... Abre tu espacio de encuentro y date tiempo,el que necesites. Pues nadie mejor que tú para descubrir tu interior ... Es la número uno, sin esto, es muy difícil avanzar.
2. Aprende de tus errores. Hay quienes optan por ocultarlos y adornarlos, y si lo ven difícil, "le cuelgan el mochuelo a otro" (normalmente "un pardillo"). Sin duda es mucho más sano y eficaz, afrontar los errores aceptándolos. Este ejercicio de sinceridad con uno mismo nos permite crecer, aprender de ellos, descubrir nuestra zona más oscura, y aportar luz, serenidad, aprendizaje gracias a nuestros propios límites. Para este paso, hemos de superar la tentación de quedar bien, de sentirnos más que nadie, o de ningunearme (no son más que puro envoltorio). Tenemos derecho a crecer con nuestras imperfecciones, aunque a decir verdad, cualquier camino no vale.
3. Haz el bien. Es muy previsible que  la forma de trato que deseas para ti, sea compartido por otros muchos. En esto "la pólvora está inventada". Recupera la ternura en tus gestos y palabras, escucha con atención, acompaña a quien no lo espera, comparte lo que tienes, confía en los desconocidos (aunque te fallen), perdona a los que te hacen daño, .... Entonces te darás cuenta que es sencillamente lo que deseas para tí, y que la vida no te da igual, que todo no es lo mismo, que hay formas de marcar una diferencia, que ilusionan y nos llevan más allá de lo que uno esperaba. Pero, ¡claro!, esto solo es posible para quienes decidan mirar más allá del envoltorio.
Es así, como se encuentra un amigo, como se vive con mayor paz, y como uno se descubre pacientemente amado por el buen Dios de la vida, que nunca se queda con el envoltorio. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario