jueves, 19 de marzo de 2015

TU VIDA ME IMPORTA...

¿Alguna vez hemos dicho a alguien mirándole a la cara "tu vida me importa"? Hay frases que en algún momento de nuestra vida necesitamos oír. Cuando las escuchamos nos hacen sentirnos en tierra firme, como sostenidos, y nos hacen ir un poco más allá de las evidencias, alentando nuestra confianza.
Decir a alguien "tu vida me importa" es una manera de situarnos en el mundo. De reconocer que no estamos solos, que nos construimos en relación, y decidir que no sobra nadie, que todos nos necesitamos, aunque sea un poco, y aceptar que la humanización, la dignidad, también se puede globalizar, ¡debemos globalizarla!, no solo los capitales.
Decir a alguien "tu vida me importa" es experimentar en nuestra vida el descentramiento. Lo siento, no somos el centro del universo. Hemos de superar, de una vez por todas, esa fase narcisista en la que pensamos que todo gira alrededor de nosotros y nuestras necesidades (difícil tarea, cuando la publicidad nos quiere mantener perpetuamente en esa nube). Fuera hay algo más, ¡mucho más! Podemos descubrir al otro, con sus alegrías y miedos, con sus búsquedas y proyectos,... Y en ese encuentro, descubrir que es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa. Descubrir que cuando nuestra vida se entrelazada con otras, se potencia, se enriquece, y nos hace crecer, en ocasiones, de forma inesperada. Salir de uno mismo, de nuestra manera de ver, de sentir, de valorar las cosas, nos sienta bien. Nos amplía el campo de visión, nos aporta más flexibilidad, y nos acerca al otro, al distinto a mi.
Decir a alguien, "tu vida me importa", requiere un ejercicio de acercamiento, de proximidad, de no pasar de largo y aprender a pararme ante ti. Todos en algún momento hemos necesitado, deseado que alguien pusiera su mano en nuestro hombro, y nos dijera con su gesto, con su manera de mirar, con su tiempo,...  "Tú vida me importa". La "projimidad", hacerme prójimo de alguien, es una opción. Requiere como requisitos básicos, un poco de apertura de mente y corazón. Y una voluntad cierta de no pasar de largo ante el sufrimiento ajeno. Ese atrevimiento suficiente para dejar lo que tenemos entre manos, acercarse y ofrecer lo mejor de uno, y así, logramos estar cerca de quienes pensamos, nos pueden necesitar. 
Son muchos los que necesitan oír hoy estas palabras, "tu vida me importa". Da igual lo que hayan esperado... Lo importante es que tengamos esa sensibilidad de descubrir a quienes en medio de su soledad, necesitan esa mano amiga, ese gesto o palabra oportuna, que les saque de ese pozo profundo del olvido y del anonimato. 
"Tu vida me importa", hermosas palabras que nunca dejemos de pronunciar, a quienes más las necesitan escuchar. Palabras, que nuestro Buen Padre Dios, nos susurra cada día al oído en lo secreto de nuestro interior, haciendo salir el sol cada mañana.Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario