lunes, 4 de mayo de 2015

PERMANECE Y RESISTE

No es lo mismo, pero pueden estar conectados. Permanecer nos vincula a algo o alguien. Tiene un componente relacional importante. Permanecemos en un proyecto, o vinculados a alguien, porque nos parecer importante y necesario, a pesar de las dificultades o contratiempos. Es mucho más que estar. Permanecemos al lado de un amigo en las duras y en las maduras, con un familiar enfermo, con mi pareja en un periodo de crisis,  con fe ... Permanecer supone una fidelidad a principios, personas, que son vitales para uno. ¿Contamos en nuestra vida con alguien y con esos principios en los que permanecer? Este asunto no es indiferente, aquello en lo que merece la pena permanecer nos marca un horizonte, aporta sentido... Ahora bien, no es cosa fácil, en ocasiones es necesario resistir. 
Resistir es diferente. Depende más de uno mismo, es una habilidad que podemos entrenar que implica aguante, esfuerzo, incluso capacidad de sufrir. Resistir, cuando tengo un horizonte en el que permanecer tiene sentido. Y permanecer, cuando soy capaz de resistir lo hace posible.
El evangelio de este domingo, nos invita a permanecer. Y no hay mejor forma de hacerlo que enraizarnos en lo fundamental, en la esencia de lo que somos el ser humano. Y es hermoso recordarnos, que en esencia somos seres amados, habitados por un amor tan gratuito, que es capaz de hacer cada día nuestras relaciones nuevas. Y si para ello, necesitamos resistir, ¡entrenémonos! Feliz semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario