viernes, 2 de diciembre de 2016

TIEMPOS DE ESPERA...

¿Qué esperamos?¿Vacaciones?¿Regalos?¿Algo de suerte?... ¿Y a Dios?  ¿Cómo son nuestros tiempos de espera?
Hay quienes afrontan los tiempos de espera aburridos, absorbidos por una rutina incapaces de percibir la novedad, de vivir el presente con sentido, con ilusión.
Hay quienes sencillamente no esperan, se duermen en los laureles, sin inquietarles lo  más mínimo lo que ha de venir... Éstos son los que pierden las oportunidades.
Los hay quienes están tan sobrecogidos por sus preocupaciones que no saben lo que esperan, ni lo que pierden. Éstos pierden el horizonte.
Y también los hay quienes están preparados, quienes están atentos. Éstos están a la escucha de lo que se dice, observan lo que pasa, y son conscientes de lo que suceden a su alrededor y en su interior.  
El Adviento es un tiempo de espera  para acoger con ilusión la novedad que se nos regala en Jesús, en sus palabras, en sus gestos.
Es una oportunidad de iluminar nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras heridas, a la luz de un amor, que se hacer carne, cercano, accesible. Un Amor consciente de nuestras necesidades.
Un tiempo de despertar de nuestra indiferencia, de todo aquello que nos atonta y nos arrastra, de todo aquello que adormece nuestra capacidad de aportar, y dar lo mejor de uno mismo, de brillar y hacer brillar a quienes más necesitan de nuestra luz. 
Un tiempo de escucha y contemplación lo que pasa a su alrededor. Así la espera se convierte en un tiempo fuerte de aprendizaje, donde descubrimos no solo la novedad, sino lo que podemos aportar. ¡Feliz Adviento a tod@s!  

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