¿En el mundo que vivimos nos quedan buenas noticias que compartir? ¿Tenemos palabras que muestren la posibilidad de un mundo mejor? ¿El sueño de Dios de un mundo más justo y humano sigue vigente?
Da igual que seamos creyentes o no, en nuestros deseos más profundos hay palabras que siguen siendo buena noticia para todos, y nos ofrecen sentido, horizonte más amplio, alimentando nuestra esperanza.
Hoy más que nunca, tú y yo, todos somos convocados sin distinción a comprometernos por un proyecto más humanizador, que haga visible la dignidad y el amor incondicional de un Dios que sufre por los hombre.
Da igual que seamos creyentes o no, en nuestros deseos más profundos hay palabras que siguen siendo buena noticia para todos, y nos ofrecen sentido, horizonte más amplio, alimentando nuestra esperanza.
Hoy más que nunca, tú y yo, todos somos convocados sin distinción a comprometernos por un proyecto más humanizador, que haga visible la dignidad y el amor incondicional de un Dios que sufre por los hombre.
Quisiera compartir tres palabras que son para hoy buena noticia, y necesitan ser pronunciadas con gestos, con presencias, con parcialidad de corazón, con acciones claras.
1. La acogida de esas personas que son capaces de salir de sí mismas, renunciar a sus propios intereses personales, y ponerse en lugar de quienes lo está pasando mucho peor. Esa acogida que supera la indiferencia, impulsando el compartir, abrir sus puertas, buscar juntos soluciones,.. Esa acogida que vence la superficialidad abriendo los ojos, alimentando la conciencia crítica, dando la cara en la calle y frente las instituciones, porque un poco de todos hace mucho.
2. La gratuidad, conscientes que dar y darnos está en la base de nuestra felicidad. Esa capacidad de entrega sin esperar nada a cambio, que muchos la aprendimos de nuestras madres. Las experiencias de gratuidad (dar sin esperar nada a cambio) nos ayuda a descubrir una dimensión de la libertad más profunda y plena. Libres de que dirán, de los convencionalismos, de nuestros espacios de confort, somos capaces de renunciar y ofrecer a quienes más lo necesitan lo que más necesitan.
3. La ternura. Somos seres habitados por un Amor primero e incondicional. El amor, cuando es auténtico y sincero nos libera y despliega lo mejor de cada uno de nosotros. Nos hace testigos de esa ternura de Dios hacia los hombres más débiles. Hay quienes ha optado en sus vidas ser luz de esa ternura en medio de de las sobras y las tinieblas. Da igual si son creyente o no, son portadores de esa ternura que Dios quiere para humanidad más desesperada.
Tres palabras que haciéndolas propias, de uno, nos lanza al mundo con una buena noticia cargada de esperanza: las relaciones, el mundo pueden ser de otra manera. ¡Lancémonos ya!
Tres palabras que haciéndolas propias, de uno, nos lanza al mundo con una buena noticia cargada de esperanza: las relaciones, el mundo pueden ser de otra manera. ¡Lancémonos ya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario