sábado, 13 de octubre de 2012

ROMPER LA NOCHE...

En estos tiempos recios que nos tocan vivir, corremos el riesgo de escondernos y atrincherarnos en las aparentes seguridades del legalismo, pretendiendo ocultar esos miedos, que nos paralizan, y  ese déficit de vida, que denota esa incapacidad de desplegar todo el sentido vocacional que tienen nuestras vidas. Parece que vivimos encorvados, mirándonos el ombligo, y contándonos nuestras penas y carencias, ¡cómo si eso sirviera de algo! Bueno, quizá para hacer nuestras heridas más grandes... pero nada de curarlas.
Parece que nuestra opción de vida por la persona de Jesús y su proyecto, el reino, no aportaran ese sentido suficiente como para alegrar nuestra existencia de hermano. La desconfianza, la crítica amarga, y el distanciamiento,  se adueñan de cada uno de nosotros, matando todo signo de bondad que aparezca a cien metros a la redonda... 
En medio de esta noche quisiera compartir con todos, que es posible aportar algo de luz. Esta tarde me recordaban, que no seremos la Luz, pero si que podemos encender bombillas. 
Hoy más que nunca, estamos urgidos a dar un gran salto de confianza, que nos permita recuperar ese sentido vocacional de nuestras vidas. Una confianza que nos haga arriesgar lo necesario para hacer visible que apostar por Jesús y su proyecto es profundamente liberador y humanizador. Se trata de recuperar, como hermanos y laicos menesianos, nuestra misión fundamental: "La capacidad de crear espacios de encuentro, donde Dios pueda ser experimentado".  Poblar nuestras relaciones de esos gestos  cargados de cercanía y ternura necesarias para hacer visible, en nuestras comunidades y en nuestros centros, esas semillas de bondad, que nos hablen de ese amor de Dios. Es entonces, cuando seremos capaces de romper esa oscuridad que nos encierra en nosotros mismos, y renovar con ilusión, primero nuestras creencias, rompiendo mitos sin acomodarse. En segundo lugar, renovando las actitudes, recobrando esa espiritualidad auténticamente vocacional, que nos lleva a compartir la vida sin cálculos, y desplegando nuestras vidas con total gratuidad, sin importar la edad. En tercer lugar, renovar nuestra praxis, con esos gestos que hablan de Jesús y de un amor que desconcierta y sobrecoge. Así empezamos rompiendo la noche,  estrechando lazos, tejiendo relaciones, compartiendo la vida que cada uno lleva dentro... Se hace necesario recuperar esa pasión por anunciar que otras relaciones son posibles, contando con todos, jóvenes y ancianos, como en la historia de los Macabeos, me recordaban hoy, sacándonos de esa mediocridad a la que corremos el peligro de acostumbrarnos... 
Romper la noche, hermosa imagen, que nos impulsa a caminar, a iniciar procesos, sin esperar a tenerlo todo claro ni seguro, arriesgando lo necesario para hacer presente que la última palabra, siempre la tiene el amor. Gracias.

2 comentarios:

  1. Gracias Nacho! Feliz encuentro el de este fin de semana. Me ha encantado volver a encontrarme contigo después de tanto tiempo. Que sigamos siendo luz en la noche, y sigamos brotando "cultura vocacional" en la familia menesiana y en la familia lasaliana. Sigue siendo felíz! Un abrazo hermano!

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  2. ¡Que decirte!, solo compartir mi alegría de veros, y sentir de cerca , de nuevo a la familia lasaliana... ¡sois un regalo para los jóvenes que acompañáis...Cuidaros y un abrazo fraterno.

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